L'eau d'Issey Florale de Issey Miyake

L'eau de Issey Florale; el perfume de una flor al desnudo

Otro de los maravillosos descubrimientos de la Beauty Party fue este perfume, presentado de la mano de la firma Issey Miyake. Este eau de toilette, nos zambulle de lleno dentro del capullo de una rosa (la rosa Firnat) y nos llena con su magia, como si una brisa hubiese acariciado el corazón de la rosa y luego acariciase nuestra piel.

Es un perfume simple y elegante, pero su simplicidad se basa en algo tan estudiado y elaborado como lo son todas las creaciones de Issey Miyake. Para revelar la flor en toda su verdad y simplicidad, Alberto Morillas capta su esencia antes de que ella misma se entregue: justo en el momento en el que va a abrirse, y así, transparente y despojada, la rosa encuentra su verdadera naturaleza, rosada, pura, femenina, tierna y jugosa a la vez, radiante en definitiva.

El capullo de rosa firnat se une al lirio blanco, y de esta conjunción nace una nota fresca y texturada, que deja en la piel acentos de las flores de azahar.

Finalmente y para dejar huella, juega con los contrastes al combinarse con chispeantes notas de mandarina y con la profundidad de las maderas blancas.

Todo esto, combinado con su esencia base (el capullo de rosa firnat) crean un perfume que nos lleva a una emoción sin artificios, pura naturaleza desnuda.

El frasco, por su parte, es sencillo y hermoso. Rosado, trasparente, alargado y redondeado, nos evoca la dulzura, la pureza y la feminidad sin artificios.

Y es que sólo puedo decir cosas positivas sobre este perfume, pues yo soy una enamorada del olor de las rosas. Me crié jugando en el jardín de mi tía, un jardín poblado de rosas de todos los colores, y la primavera era una estación que me entusiasmaba. Y el aroma de este perfume es sencillamente delicioso, se una al olor personal de nuestra piel con una delicadeza que fascina.

Ahora tengo la suerte de poder disfrutarlo en su versión de 50 ml (no os imaginais la alegría que me llevé al verlo, porque en la presentación directamente me enamoró), y aún me sorprendí más cuando al abrir la bolsa descubrí en su interior otro frasco más pequeñito, de 15 ml, de L'eau de Issey pour homme, que ahora disfruta mi chico, y que es un perfume afrutado, colorido, y con un corazón especiado, picante y multifacético, que deja en la piel una estela amaderada y profunda. Puedo decir que esta mañana, cuando me desperté y me abracé a mi pareja, sólo pude preguntarle: "¿Llevas el perfume de Issey?", y es que sí, aún le perduraba el aroma desde la noche anterior. ¡Delicioso!