Agua Fresca de Rosas Blancas, de Adolfo Dominguez

Hace un par de semanas se presentó tanto a prensa como a bloggers la nueva incorporación a la ya amplia colección de perfumes de la casa Adolfo Dominguez. La presentación de esta delicada reinterpretación de Agua Fresca de Rosas, corrió a cargo principalmente de Adriana Dominguez (hija del diseñador y encargada de la división de perfumes) y de Ramón Monegal, uno de los perfumistas más emblemáticos de España.

La delicada esencia que convirtió a Agua Fresca de Rosas en el referente de las fragancias femeninas de Adolfo Domínguez, se transforma en un nuevo perfume,  Así Adriana Domínguez nos redescubre Agua Fresca de Rosas para crear Agua Fresca de Rosas Blancas, una nueva esencia símbolo de una mujer más sofisticada, delicada, con un punto inquietante, divertido y sorprendente. 

Un acorde jovial, transparente y fresco de pétalos de rosa blanca, ciclamen y jazmín, envuelto de un insólito halo vital de notas ozónicas y herbáceas, que se hace seductor en presencia del sándalo y del cedro para finalmente fundir en un acorde moderno Chipre de musgo de encina, pachuli y tonga. Así es Agua Fresca de Rosas Blancas.

Su frasco, original y único, hereda la elegancia icónica de la ya clásica Agua Fresca de Rosas. Las transparencias del tapón cristalino y el brillo del collar, plateado le aportan una imagen de frasco joya muy romántico y actual. Su singular rosa blanca, icono de este perfume, sobresale materializada en una distinguida interpretación con acabado porcelana.

Agua Fresca de Rosas Blancas se presenta con un spot risueño y ultrafemenino, enmarcado en una decoración neorromántica, luminosa y diáfana. La heroína de esta historia se llena de deseo y curiosidad al descubrir la rosa blanca. La persigue, se le enfrenta, y en su interior, descubre el frasco de Agua Fresca de Rosas Blancas. La feminidad ha triunfado y Agua Fresca de Rosas Blancas es el mejor premio. 

Tras la presentación, pasamos a realizar un taller en el que customizamos una camisa de la firma con una gran rosa blanca que creamos a partir de pétalos de terciopelo blanco y que finalmente nos llevamos bien perfumada. ¡Una idea original y divertida de acabar una presentación!

Es un perfume suave y jovial, que enamorará a las amantes de los perfumes florales que busquen un toque delicado y a la vez moderno. Debo reconocer que de primeras no me entusiasmó, pero como bien dijo Ramón Monegal durante la presentación, hay cosas que te conquistan poco a poco. ¡Y tenía razón! La "rosa blanca" que creamos durante el taller (lo pongo entre comillas porque aunque mi flor triunfó era una rosa cuando menos "peculiar y original") la dejé en mi habitación-estudio, y cuando volví a entrar al día siguiente, toda la habitación estaba perfumada con su aroma... ¡Y no os imagináis lo bien que olía! Así que os recomiendo que lo probéis con calma, y dejéis que os conquiste su "corazón de rosas blancas".

Como curiosidad, comentaros que cuando me invitaron a la presentación de este perfume me emocioné de un modo muy especial. Y es que Agua Fresca de Rosas, un clásico entre los clásicos, fue mi primer perfume de firma (sí, tras pasar cómo no por Chispas, Farala, Azur de Puig... jajajajaja) ya que fue mi primer perfume que me regalaron como adolescente. Por aquel entonces yo tenía 16 añitos... ¡Cómo pasa el tiempo!